A pesar de la distancia geográfica, Ai Weiwei explora los traumas de las experiencias de China y México en un relato que apela a la obligación de construir la memoria social. Este proyecto une la inquietud que representa la destrucción del patrimonio cultural y nuestra relación con los ancestros; el trauma que significa el atentado contra el futuro, el cual supone la violencia contra los jóvenes.
Ai Weiwei exhibe en el MUAC su mayor readymade histórico-político: el Salón ancestral de la familia Wang (2015), un templo de madera de la dinastía Ming que registra la destrucción del patrimonio cultural chino bajo la violencia de la revolución, la pérdida de la sociedad rural tradicional y la comercialización de antigüedades. Esta ruina de cuatrocientos años de edad ejemplifica las complejas negociaciones entre lo nuevo y lo viejo; es también la obra que marcó el periodo de vigilancia constante que el artista sufrió en Beijing tras su detención en 2011, antes de exilarse en Europa.
En 2016, Ai Weiwei visitó México y motivó el inicio de un nuevo proyecto acerca del trauma de la pérdida del futuro. A través de un filme documental y una serie de retratos fabricados con piezas Lego, el artista explora las consecuencias personales y sociales de la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, ocurrida entre el 26 y el 27 de septiembre de 2014. El proyecto apuesta por la construcción de la memoria como lazo invisible que nos liga con los ancestros y traza un deber hacia las generaciones que nos suceden.
La exposición podrá ser visitada hasta el 6 de octubre de 2019 en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo MUAC en Ciudad de México. También puedes descargar el catálogo de la exhibición aquí.
Imágenes cortesía de Camilo Barboza-Soto
Fuente: https://muac.unam.mx/exposicion/ai-weiwei