Por Costanza De Rogatis
La matriz, constituye una parte determinante de la técnica gráfica al ser la memoria de una forma que servirá para su multiplicación seriada. Puede ser una superficie incidida –grabada– con una herramienta; una imagen que a través de químicos es transferida a otro soporte; o el recorte de un material que permitirá el calco de su silueta: todas estas acciones configuran algunos de los diversos modos en los que, mecánica y químicamente, se alcanza la reproducción con los medios gráficos.
Los artistas de esta muestra, Lamis Feldman, Leonardo Nieves y Luis Romero, pertenecen a diversas generaciones del arte en nuestro país, y en tal sentido, sus investigaciones pudiesen responder a sensibilidades propias de las preocupaciones de su tiempo. Sin embargo, y si bien todos emplean estrategias similares derivadas del lenguaje gráfico –el uso de la matriz, así como la repetición, permutación y variación de los módulos derivados de ella–, las particularidades en la comprensión de sus búsquedas personales en torno a la serialidad, sorprende por lo heterogéneo de sus resultados. Así, la gráfica, signada por la reproductibilidad técnica, y hasta cierto grado temida en la época moderna en tanto generadora de “la copia”, es en manos de estos artistas de nuestra contemporaneidad, una herramienta para experimentar y crear obra original que se quiere múltiple.
En el caso de Feldman, la matriz corresponde a planchas incididas en 1968, durante sus primeras incursiones con el grabado, que son reutilizadas a partir de 2020 como calco de formas en seco –gofrados, huellas sin tinta– sobre piezas de cartulina de color que, ensambladas, estructuran composiciones abstractas monocromáticas, o juegos formales de dos tonos. Son las cualidades plásticas de esas cartulinas, sus vibrantes colores o los destellos metalizados de sus superficies –que intuimos se vinculan visualmente al brillo de los esmaltes desarrollados por Feldman durante décadas de investigación en las artes del fuego– lo que la impulsa a generar esta obra inédita.
En las piezas de Nieves, la matriz es la imagen inicial –un collage, conjunto hecho en sí mismo de “retazos” de otras imágenes– que es transferido químicamente, y luego superpuesto, repetido o cubierto en partes, para ofrecer un paisaje de formas flotantes, en las que la mayor o menor presencia de la tinta genera formas que se nos antojan como delicados “vapores” atmosféricos, delimitados por líneas y retículas, apenas pespunteadas. Nieves juega además con nuevas formas de relacionar sus gráficas en el espacio, al experimentar cada vez más con la propuesta instalativa.
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En el espacio de la Tienda, contaremos con la muestra Del parque, piezas de orfebrería de Flor Areinamo.
Fuente: Prensa Sala TAC