“El Bosquio” o la naturaleza como ente-artista

por Ender Rodríguez

Ubicación de El “Bosquio”

“El “Bosquio” es un experimento híbrido y trans-disciplinario, e in-disciplinario, de alguna manera también; porque es pensado holísticamente, para intentar abrir diversos análisis, más allá de la propia estética y “del campus” o “campo del arte” de autonomía -y licencias- conceptualizado por Pierre Bourdieu hacia 1995. El “Bosquio” es una instalación de bastidor de madera de medidas 27 x 19 x 1,5 cm, pintado con una delgada capa o película de acrílico blanco por encima, el cual, fue colocado o instalado bajo el árbol arbustivo de Grosella Negra –sembrado por mí hace 7 años-, generando un “mini-bosque” para a su vez, generar IMAGINERIAS creadas por la Naturaleza misma como “Ente Creador-Pintor” (véase: https://www.instagram.com/p/DHmIhaFBjm8/ ). Se inició la instalación el día 18 de marzo de 2025. Entre los propósitos del proyecto se plantea la búsqueda o intento de cierta “disolución de la figura humana del artista” y su conversión en “mediador” o solo “productor de la escena creativa”. Los elementos naturales: vegetales, animales y hasta minerales, más viento, sol, lluvia, y otros factores construyen la obra como tal.

Muestra de procesos de performances neo-rituales con tierra y pintura con flores sembradas por el autor y hojas verdes sembradas por la naturaleza en el “Jardín del Origen”, en especial Dientes de León.

Como puede verse directamente en imágenes demostrables, este experimento extra-artístico se conecta totalmente o se hace parte vital de una labor de más de tres décadas, denominada “Arte del Origen” www.elartedeorigen.com .Sin embargo, partamos de conceptos más flexibles y ampliados sobre el mismo concepto de “Arte” según la frase célebre de gran Joseph Beuys, en “todo ser humano es un artista” de alguna manera, pues sus vidas son “obras” potenciales de arte, si lo vemos de un modo más amplio. Allí, en estas ideas de amplitud y entrecruzamiento humano y valoración, hay narrativas, creaciones, experiencias de todo tipo, etc.  Este ensayo obligatoriamente, está escrito en primera persona para poder explicarse como tal, eso sí, hablo de intentos, de búsquedas, de posibilidades o no posibilidades. Cuando se intenta puede que funcione el intento o que no. Los registros quedan allí.

Es algo gracioso comentar que, en mi caso o situación, me manejo o transito entre lo liminar, el bordeado uniéndome “a lo normalmente marginado”. A veces, busco orgánicamente tales espacios de conexión borde o liminar como caldo de cultivo dinámico, nodular o rizomático; sin embargo y paralelamente, transito lo institucional cultural también, o sea, moviéndome “dentro y fuera del campus”. Entro y salgo, y jugueteo y aprendo a ser dual, ecléctico, híbrido, holístico, sin campo y en muchos campos a la vez. Lo intento por lo menos, intento también “rupturizar”, “replantearme a mí mismo junto a la otredad”.

Viajamos hacia El Autana. Cuenca del Sipapo, Amazonía. Fotografía tomada por joven piaroa.

Siempre el asunto más allá del mencionado “Arte” como “realidad encapsulada” a veces, y más allá de uno mismo “como acostumbrado ego creativo”; sobre todo, y especialmente mi interés es lo Holístico, el entrecruzar, el re-estructurar o acercarse a cierta transformación eco-social también, más allá y por sobre “el arte mismo”. La finalidad no es solo fortalecerse “dentro del arte” y del “campus”, sino dentro de la vida misma en transformación.  A veces, el arte solo, no es suficiente. Hablamos de ONGs, activismo horizontal eco-social, pedagogías críticas, profesionales diversos de forma dialógica, saberes populares no académicos –y no aceptados como conocimiento-, convenios para proyectos de auto-sostenimiento y economía popular, derechos humanos, arte catártico, etc. Me refiero a una labor específica que trato en este ensayo, y es sobre lo híbrido y multiverso, para nada estoy haciendo “juicios” al artista de taller, ni al tema de que el artista debería ser ni activista social, ni nada de eso. Nadie puede estar juzgando ni exigiendo “maneras de ser” en los demás. Sobre estas premisas, se busca lanzar pequeños “bombardeos simbólicos”, reestructuraciones y multiversidades para re-pensar, “accionamientos” reales, “fraternidades del compromiso” tanto “ante el campus como un aporte.

El “Bosquio”, desde ese asumir con alegría logra ese unirse-hacer conexión con lo que algunos llamarían “contaminación de los campos” y “del campus del arte”.  El “abaratamiento” o revelación del mismo “campus” contaminado por otros campos, pues ha sido visto más como espacio de prestigio y degradarlo o verlo bajar de “cierto escalón de poder”, está a la orden del día según analizan otros. Todo ello, se hace desde el “involucramiento”, o lo que el compañero y artista Juan Carlos Rodríguez, llamaría “implicancia”[1]. El “Bosquio” resulta ser algo radical analíticamente, puesto que es de por sí, un experimento más sobre la vida misma. Como vemos, se realizó una pieza que es de vida y debe quedar en ese espacio de vida. Devolverlo al mismo hábitat fue la siguiente acción. Al observar la pieza por debajo o en su parte inferior, es ver la vida siendo lo que es: Vida, y eso es, mucho más que Arte. Tampoco es claro, cuando se hace la obra o cuando no. Si buscamos generar una micro-mirada, utilizando especiales microscopios u otros instrumentos de observación, veríamos desde el primer día, un inicio ya estético al notarse polvillos, agua, rocíos, bacterias, etc. Recordemos que las bacterias pintan y son pintoras; por ello, recordemos como el médico Alexander Fleming, quien descubre la penicilina en 1828, y nota el colorido espectacular de ese mundo microbiológico. Con bacterias que producían pigmentos como violeta, amarillo, rosa, naranja, café, hacía pruebas creativas y visuales usando dibujos primero, que luego pintaba.  

Los experimentos más allá del arte, y las propuestas de “Arte del Origen” llevadas a cabo por años, son posibilidades híbridas y reflexivas que buscan plantear un tema crítico. En casi todas las conceptualizaciones, “el arte es solo realizado por humanos”; es decir, el arte es lo que hace creativamente con sus manos el hombre según diccionarios, analistas, críticos, etc. Plantear que la naturaleza sea “Ente artista o creadora” es un planteamiento “rompedor”, va a contracorriente de la visión antropocéntrica establecida y aceptada universalmente. Imaginen decir que los gusanos y animales hacen performance de vida, rituales tipo “accionismo” de apareo, pelea, disfrute, u otros, más instalaciones y obras de arte de todo tipo, hablando de volcanes, glaciación, extinción por efecto natural, etc. El ser humano en todo caso, aparte de ser artista como la Historia del Arte lo refleja muy bien, y artista de la vida según Beuys, también es un registrador como fotógrafo que muestra su arte humano, pero ojo, ese registro nos evidencia que el arte natural, es el todo del alrededor natural que “ese artista humano” registra. Es la OBRA, la naturaleza madre, GAIA, no solo la “foto del que registra”, el ser humano fotógrafo. Se abre el telón de la reflexión crítica para seguir re-pensándolo todo. Somos artistas y registradores, pero la naturaleza es ente-creador o artista.

Tenemos una deuda conceptual y filosófica en este sentido que revisar. Mientras tanto la pieza El “Bosquio” volvió a su hábitat, a su sitio, bajo la Grosella Negra.  Yo me pregunto, si la naturaleza hace arte y sufre, y es asesinada masivamente ¿dónde está alguna Corte Internacional Penal de la Naturaleza, quizás formada con las ONGs más serias y honestas de nuestro planeta, y con las comunidades afectadas directamente? Los entrecruzamientos y transversalidades podrían implicar mucho más que artivismo; por ello, la visión holística e híbrida, aporta en la óptica de la multi-versidad muy propia de los planteamientos también de Edgar Morin, un sendero que, junto a otros, abren nuevos surcos del pensamiento y la reflexión crítica futura.

Ender Rodríguez. Obra realizada con tierra y arcilla cruda y semillas de onoto en aguadas, sobre lienzo curado en bastidor. Año 2024. Medidas: 59 x 49 cm.

Como importante antecedente de “El Bosquio”, tuve la impresionante sorpresa de la vida, quien me regaló el placer de tener como maestro un “techo artístico” realizado por el agua y el sol, más la humedad y los demás elementos presentes. Hablamos de más de 50 metros cuadrados en toda la casa. Lo resumo de este modo como lo dejé plasmado en aquella entrevista de 2021: “Mi primer gran maestro del arte fue el techo de mi casa.  O sea, nuestra quinta antes de nosotros, la había comprado un señor que no podía pagarla; de hecho, al no poder impermeabilizarla en los techos, el agua de lluvia entraba por grietas y chorreando generaba manchas accidentales en toda la casa, atmósferas, texturas, imágenes de transparencias, esa fue mi pantalla visual autodidacta al mirar hacia arriba” https://thewynwoodtimes.com/ender-rodriguez-artista-entrevista/

            Al repasar estas realidades, quizás de luces sobre cómo el entorno de intervención de la propia naturaleza hacia nuestra ciudad también, genera otras imaginerías como construcciones visuales bien sorprendentes, misteriosas y poco exploradas en ese sentido. Y Gaia, como ENTE ARTISTA a su vez, ya se ha planteado en este borrador para la reflexión abierta y plural.

Registros Ender Rodríguez. 2024

Intentando aproximarnos a una especie de extrapolación mental y viaje poético sobre el “protagonismo artístico” por parte de la Naturaleza-Madre, dejo algunas variantes reflexivas y preguntas críticas para generar revelaciones posibles sobre este tema clave en torno a creación ¿no humana? Por ejemplo, las ballenas cantan según decimos comúnmente, y los estorninos danzan en perfecta sincronización aérea-performática también; pero sobre ambas “variantes de creación”, ya se nos ha dicho hasta el cansancio, que si no es humana esa “especie de creación”, eso no es arte como acostumbramos a decir, porque es algo instintivamente animal o natural. No hay auto-revelación consciente y programada, según las visiones más convencionales y ortodoxas.

Paul Klee por ejemplo dijo que “Una línea es un punto que salió a caminar”. Fíjense que poetizamos y le damos cualidades humanas a todo. Pero, entonces si de lo que se trata, es de asumir que la naturaleza es inconsciente de lo que hace, y sus expresiones no tienen autor humano o artista -real-; entonces se me ocurre pensar que tales expresiones naturales o su propia existencia, representan una suerte de excepcional arte natural.  Me pregunto entonces:

¿Acaso las cuevas más estilizadas y talladas por los elementos, o los tepuyes generados por milenios y las cordilleras creadas por efectos del choque de placas tectónicas u otros factores, no son un arte paisajístico tridimensional? O solo se necesita que capturen la imagen, artistas fotográficos -humanos- como Ansel Adams y demás, porque si no, no es arte. Las auroras boreales como fenómenos lumínicos y supra-artísticos y sagrados ¿no son arte? Bajo las aguas de la isla japonesa de Amami Ōshima existen unas artísticas formas geométricas y en relieve tipo instalativo, realizadas por peces globo para seducir a las hembras ¿Tampoco es arte? Imaginen si hablamos de los más de billones, seguramente, de cantos de todo tipo aves. Y así podría dar millones de casos, sin embargo, la idea es dejar “un caldo de cultivo” para la reflexión y la duda. Ojalá ambas permanezcan.  

Ritual estético del cortejo animal realizado por pez globo de manchas blancas
(Torquigener albomaculosus). Tomado de internet.


[1] https://juancarlosrtg.wixsite.com/juancarlosrodriguezt/en-los-barrios-2

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