La Asociación Americana de Psicología (en inglés, APA) define resiliencia como la “capacidad para adaptarse y superar la adversidad”. La Organización Nelson Garrido (ONG) escoge este término para titular su campaña de micromecenazgo, mediante la cual aspira a recaudar los 6600 dólares que le permitirán funcionar durante un año más.
Gala Garrido, hija de Nelson y directora de la organización señala que la resiliencia confiere a las personas la capacidad de “ir resolviendo con base en las circunstancias, adaptándose y reaccionando. Porque en este país, lamentablemente, resulta complicado planificarse a largo plazo”.
Para ella, el atractivo del término radica en el poder que otorga a cada individuo para decidir: “sí puedo cambiar est[a situación] desde mis acciones diarias”. De este modo, el individuo resiliente, como un alquimista, transforma y revierte la adversidad.
El espacio de los que no tienen espacio
La individualidad conforma uno de los pilares de este espacio cultural autogestionado, fundado en 2002 luego del paro petrolero. Dentro de él, artistas con discursos periféricos y minorías sociales hallan un “espacio de los que no tenemos espacio”. Mediante los alrededor de 38 talleres que imparten anualmente, pretenden “hacer frente a las diversas formas de opresión. En medio de un contexto donde la intención es uniformar por la fuerza el pensamiento diverso”.
Además de los talleres de fotografía, serigrafía, filosofía, escritura creativa, teatro y performance, entre otros, la ONG cobija grupos activistas que hacen vida y se reúnen dentro de su sede. Gala explica que “aquí podía estar un grupo de teatro ensayando; al lado, los de la comunidad indígena y, en la otra sala, los del [extinto] periódico El Libertario en su reunión semanal”.
Una concepción horizontal y una aproximación crítica hacia el aprendizaje generan que tanto alumnos como artistas y grupos vinculados a la organización se involucren emocionalmente y generen lazos de complicidad con esta.
La directora de la ONG bromea al respecto: “Aquí llegan puro los raros, los que no calzan en ningún lado, la que gente que ya viene atormentada. Aquí descubren que no son tan raros, que puedes expresarte, ser quien eres y no ser juzgado por ello”.
Asi, aquello que comenzó como el taller personal del fotógrafo Nelson Garrido ha continuado creciendo, expandiéndose y ampliando sus opciones. Actualmente La ONG posee reconocimiento internacional y sedes en Buenos Aires (Argentina), Madrid (España) y Santiago de Chile.
La ONG en tiempos de hiperinflación
En el pasado, los talleres financiaban el resto de las actividades de la ONG. No obstante, el aumento exponencial de la inflación impide que la organización cubra el mantenimiento del espacio en su totalidad mediante el costo de los cursos. Por lo tanto, invita a la comunidad que ha creado a lo largo de quince años a colaborar para que no se extinga este reducto de libertad y creación.
De acuerdo con Gala Garrido, una de las principales dificultades han encontrado para la adquisición de fondos está en la reputación que poseen los venezolanos entre las plataformas de micromecenazgo. Múltiples casos de estafa han originado que estas refuercen sus controles en torno a las iniciativas provenientes de este país.
Debido a esto, La ONG ha resuelto recaudar fondos sin intermediarios y los interesados pueden transferir o pagar a través de Pay-Pal directamente a la organización aquí (hipervínculo: http://www.laong.org/crowdfunding/).
Laura Soler
Mayo, 2018
Todas las imágenes son de Irl Chaurio por cortesía de La ONG.
