Duchamp y la Odisea: 100 años de “El Gran Vidrio”

Por Félix Suazo

Marcel Duchamp fotografiado por Mark Kauffman detrás de El Gran Vidrio en el Museo de Arte de Filadelfia, 1965

Al parecer el mundo del arte ha quedado satisfecho con las explicaciones vertidas hasta la fecha sobre El Gran Vidrio [Le Grand Verre / La Mariée mise à nu par ses célibataires, même,1915-1923. Philadelphia Museum of Art] de Marcel Duchamp. Aunque los analistas confirman la complejidad de la obra, la mayoría suscribe sus enigmáticas connotaciones erótico existenciales, con base en la inescrutable Caja Verde (1934) suscrita por el propio artista. Queda claro que nada está claro, pero ya eso es suficiente para sostener la relevancia indiscutible de la obra, cuando ya han transcurrido cien años de su creación.

Sin embargo, me aventuro aquí a introducir una presunción no prevista por la copiosa bibliografía existente sobre El Gran Vidrio. Comienzo con una anécdota. Hace un tiempo, releía yo las peripecias de Ulises durante su largo retorno a Ítaca. Un pasaje llamó mi atención: mientras el héroe homérico —también llamado Odiseo— intentaba retornar, su esposa Penélope lo esperaba, asediada por numerosos pretendientes. Ella, fiel a su marido ausente, tejía y destejía para evadir el insistente cortejo.

Marcel Duchamp. La novia desnudada por sus solteros, aún (El gran vidrio)/ Le Grand Verre / La Mariée mise à nu par ses célibataires, même (Le Grand Verre), 1915-23, óleo, barniz, lámina de plomo, alambre de plomo, polvo, dos paneles de vidrio, 277,5 × 177,8 × 8,6 cm. Succession Marcel Duchamp, Philadelphia Museum of Art.

El fragmento en cuestión me hizo recordar a los solteros o célibes que pugnan por desposar a la novia desnuda en el panel inferior de El Gran Vidrio. Se ha dicho con frecuencia que el affair entre la apetecible dama con forma de insecto y sus enamorados célibes recrea un erotismo imposible. Y me pregunto: ¿acaso no es eso lo que sucede entre Penélope y sus pretendientes?

Veamos. Tanto los célibes duchampianos como los pretendientes de la Odisea proyectan sus deseos en una femme que no pueden alcanzar. Pero lo que es diáfano en el mito homérico es que la mujer deseada rechaza a sus pretendientes. En cambio, en El Gran Vidrio no se aclara con precisión la causa que se interpone entre la seductora doncella y los célibes que la cortejan. Se dice que la razón deriva de su condición maquinal, producto de una confusa articulación de partes hidráulicas y fluidos alquímicos.

Vistas las asimetrías y coincidencias entre los célibes y los pretendientes, surge una pregunta: ¿evoca Duchamp el relato homérico de Penélope en El Gran Vidrio? La verdad, no se encuentran indicaciones explícitas de que así sea en las anotaciones del autor sobre la obra, salvo otra curiosa descripción de la novia desnudada que guarda una involuntaria coincidencia con la Penélope del relato homérico donde afirma: “… la Novia, en lugar de ser solamente un témpano asensual, rechaza cálidamente (no castamente) la atropellada oferta de los solteros”[1].

Aunque Duchamp gustaba de la escritura (especialmente los juegos de palabras), algunos testimonios sugieren que Duchamp «leía poco o no leía»[2], y su interés por la literatura no pasaba de una biblioteca imaginaria que incluía, según sus palabras,  “los escritos de Roussel – Brisset, tal vez Lautréamont y Mallarmé”[3].

Sin embargo, los temas literarios y mitológicos están vigentes en la atmósfera artística de la época, especialmente entre los artistas prerrafaelistas. De hecho, tres años antes de que Duchamp iniciara los primeros estudios de El Gran Vidrio en 1915, el artista inglés John William Waterhouse pintó una escena que recrea la paciente labor de Penélope frente al telar para postergar las intensiones de sus pretendientes [Penelope And Her Suitors / Penélope y sus pretendientes, 1912. Aberdeen Art Gallery, Aberdeen, UK]. Por supuesto, la pintura de Waterhouse es exactamente lo contrario del credo artístico “no-reriniano” de Duchamp, pero ya sabemos que tras los impulsos radicales de la vanguardia artística de inicios del siglo XX subyace una cultura de extenso arraigo. 

Marcel Duchamp. La novia desnudada por sus solteros, aún (El gran vidrio) / Le Grand Verre / La Mariée mise à nu par ses célibataires, même (Le Grand Verre), 1915-23. Detalle de “La novia”, panel superior.  Succession Marcel Duchamp, Philadelphia Museum of Art.

De manera que la conexión que hemos sugerido entre los célibes de Duchamp y los pretendientes de Penénole en la Odisea homérica podría ser una reminiscencia arquetipal, cuestión que aclararía por qué la novia “rechaza cálidamente (no castamente)” a los solteros. En dicho caso, la femme de El Gran Vidrio justifica su desdén porque espera la llegada del amante de su elección, otro Ulises que batalla fuera del vidrio astillado y que no es otro que el propio Duchamp.

Marcel Duchamp. La novia desnudada por sus solteros, aún (El gran vidrio) / Le Grand Verre / La Mariée mise à nu par ses célibataires, même (Le Grand Verre), 1915-23. Detalle de “Los Célibes”, panel inferior. Succession Marcel Duchamp, Philadelphia Museum of Art.

Ya sé que este giro narrativo es bastante audaz y que probablemente encuentre no poca resistencia. Pero igual lo considero como una consecuencia posible de las fabulaciones duchampianas. Sustento esta hipótesis en un detalle significativo de la personalidad del autor, derivado de su tendencia a ser neutral y distante con las mujeres. El enfant terrible del arte moderno prefería el morbo platónico a la consumación animal del deseo. Y, según los eruditos en la materia, esa es justo la clave de El Gran Vidrio[4].

Mucho se ha reiterado, comenzando con el propio Duchamp, que la fractura accidental del gran Vidrio en 1926 completó la obra. En realidad, eso que se ha descrito como azar es el destino. El dibujo de los quiebres son los hilos imprevistos de un tejido; acaso las hebras centenarias del telar de Penélope, la paciente esposa que espera a su Ulises, o quizá la tela urdida por la femme con apariencia de insecto en El Gran Vidrio que sigue tejiendo argucias “cálidamente (no castamente)” para postergar la ansiedad de los célibes, mientras ocurre la llegada del inefable Odiseo del arte moderno. En resumen, El Gran Vidrio no trata sobre los célibes que desnudan a la novia (como tampoco la leyenda de Penélope es sobre los pretendientes) sino sobre la prologada espera de un amante misterioso que no aparece en la escena para librarla de la lascivia ajena. 

Marzo, 2023


[1] La novia desnudada por solteros, mismamente, La Caja Verde / La mariée mise à un par ses célibataires, même, La Boîte vert. Ediciones Rrose Sélavy, Paris, 1934.

[2] Marc Décimo. Citado en: José Jiménez. “Leer a Duchamp” (fragmento). En: “Duchamp escritor”. Elespanol.com, 6 de abril, 2012.  https://www.elespanol.com/el-cultural/letras/20120406/duchamp-escritor/18998557_0.html

[3] Marcel Duchamp a James Johnson Sweeney en 1946. Citado en: José Jiménez. “Leer a Duchamp” (fragmento). En: “Duchamp escritor”. Elespanol.com, 6 de abril, 2012.  https://www.elespanol.com/el-cultural/letras/20120406/duchamp-escritor/18998557_0.html

[4] “El tema central del Gran Vidrio parece ser la no-consumación de un acto sexual intrincadamente ofrecido y recíprocamente deseado. Las tres mujeres más proximas a él a lo largo de la mayor parte de su vida, dos de las cuales fueron presuntamente amantes suyas, atestiguaron que había en él «algo muerto» y una «extraña tendencia […] a ser neutral en las relaciones». Aquel donjuán benigno no ocultaba lo que los demás podríamos llamar su falta de corazón”. Roger Shattuck. “El estafador”. Revista de Libros. 1 de julio de 1998.
En: https://www.revistadelibros.com/duchamp-biografias-de-seigel-y-de-tomkins/

Félix Suazo (La Habana, Cuba, 1966) es profesor, crítico de arte, investigador y curador. Se graduó del Instituto Superior de Arte de La Habana en 1990 y en 2003 recibió una Maestría en Museología de la Universidad de Valladolid, España. Se ha desempeñado como investigador en la Galería Nacional de Arte (1997-2003) y el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas (2004-2008). De 2008 a 2013 fue Coordinador de Exposiciones y Curador de Periférico Caracas / Arte Contemporáneo. Actualmente es Gerente de la Sala TAC, miembro del equipo curatorial de El Anexo / Arte Contemporáneo y profesor de la Universidad Nacional Experimental de las Artes. Es autor de los libros A diestra y siniestra. Comentarios sobre arte y política (2005), Umbrales. Museo, Curaduría, Investigación (2013) y Panorámica. Arte Emergente en Venezuela, 2000-2012 (2014).

Suazo actualmente vive en Miami, Florida, donde trabaja como curador y asesor de proyectos de arte. También es coeditor del boletín About Images, una iniciativa de ArtMedia Gallery, y Curador de IDArtLab.

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