IV. Debate electrónico
Así como los medios de comunicación han recibido el impacto de las tecnologías electrónicas, la crítica de arte -antaño oficio estrictamente asociado a las publicaciones impresas-, ha debido adecuarse a las exigencias técnicas y comunicacionales que plantea la cultura cibernética. Los sitios web, los blogs, el correo electrónico y recientemente las redes sociales (twitter, facebook, myspace) se han convertido en vehículos de difusión de gran alcance, en los cuales circula información de todo tipo, incluyendo los tópicos más controversiales de la cultura visual en la actualidad. En este último caso, la generalidad de los usuarios enlazados por esta vía comparten alguna afinidad por el asunto tratado, teniendo la posibilidad de producir o retransmitir opiniones y preguntas de interés común de manera casi instantánea y sin la mediación de terceros.
En medio de la espontánea vertiginosidad generada por las aplicaciones introducidas por el Web 2.0[1], los sitios consagrados a la reflexión crítica, editan, organizan y actualizan la información de manera metódica, dependiendo de su área de competencia. En una primera fase, esos reacomodos se limitaron a la reedición digital de textos ya publicados en soportes impresos, pero en la medida en que las herramientas electrónicas se han expandido y diversificado, se han impuesto nuevas estrategias de escritura, a las que corresponde un tipo de lector que ya no sólo consume la información que se le presenta sino que también es capaz generar sus propios contenidos. Dos son las consecuencias de este fenómeno: a) la pluralización de los puntos de vista y b) la activación multidireccional del proceso comunicativo. Interrogado sobre este fenómeno José Luis Brea – creador de espacios on-line como Agencia Crítica y Salón Kritik – consideraba que este fenómeno estaba generando “la desestabilización relativa del carácter de autoridad que tiene la palabra crítica cuando está ejercida en medios en los que no es contestable, y simultáneamente, las posibilidades de estar produciendo un cierto efecto de intelección colectiva como sistema también de interpretación”
En lo que se refiere a la crítica de arte hecha en Venezuela durante el decenio 2000-2010, gran parte de ese legado está disponible en su versión electrónica, lo que constituye una indudable ventaja para quienes deseen adentrarse en un estudio más detallado sobre la materia. Aprovechando estos nuevos formatos, surgieron varios espacios con un propósito específicamente crítico como Debate cultural (2003), Gato por liebre (2008), Paso por allá (2009), Tráfico Visual (2009), Caracas Cultura Visual (2008), CEEIPC (Centro de Estudios Especializados en Investigaciones y Prácticas Curatoriales), Panfleto negro (1999) y En la punta del ojo (2010). Estos proyectos, en su mayoría sitios web y blogs administrados por estudiosos, gestores culturales y artistas, no sólo han funcionado como bitácora crítica sino que también han propiciado una reingeniería virtual de la actividad valorativa, tanto en lo referido a las prácticas escriturales como en los modelos de recepción, haciendo que la relación entre el texto y el lector sea aún más dinámica y, sobre todo, recíproca.
Esa cercanía manifiesta entre el medio y los interlocutores que se ubican en los dos polos del proceso comunicativo ha abierto el campo crítico a una dimensión dialógica donde la espontaneidad coloquial tiende a imponerse sobre la erudición académica, al tiempo que ha simplificado los lapsos entre emisión y respuesta frente a un criterio valorativo. También es cierto que en estos casos la ecuanimidad metodológica de los enfoques en conflicto suele estar comprometida por un sesgo emotivo donde se alternan los momentos de hostilidad y las manifestaciones de aprecio (real o simulado).
Basados en una cierta independencia de criterios, los sitios señalados recogen escritos que reseñan o cuestionan algún ámbito del quehacer cultural, imágenes de obras, exposiciones y eventos, grabaciones videográficas y radiofónicas de conferencias o entrevistas, además de los comentarios de adhesión o rechazo a las ideas expuestas, siempre y cuando estas intervenciones encajen en los preceptos editoriales del o los moderadores del espacio. Algunos de ellos, incluso han incorporado las transmisiones en vivo, permitiendo la interacción de la audiencia vía chat, como es el caso de Tráfico Visual.
Por supuesto, la incidencia cultural de la crítica en medios electrónicos es aún insuficiente, si se considera que en Venezuela el índice de penetración de la internet en 2010 era sólo del 35 %; es decir, 10.272.944 usuarios en un universo de 28.797.518 habitantes . De ese espectro, sólo una mínima proporción de los internautas mantiene contacto frecuente con los asuntos del arte. Tampoco es muy alentador lo que sucede con las versiones digitales del centenar y medio de diarios impresos que circulan en el país , donde los espacios dedicados a la reseña de eventos artísticos quedan en franca desventaja con las páginas de sucesos, el deporte y la farándula. En consecuencia, el problema de la valoración crítica on-line –como la cuestión del disfrute consciente de las producciones estéticas – sigue siendo el de su limitado impacto sobre las audiencias.
[1] La Web 2.0 propone una arquitectura de participación, enfocada en aplicaciones para el usuario final que generen colaboración.
Cfr. http://www.maestrosdelweb.com/editorial/web2/ En línea: 20-08-2011
[2] Brea, José Luis. Crítica desde fuera del campo. Una conversación con José Luis Brea. Por Miguel López (Lima, 14 de junio de 2006). En: http://arte-nuevo.blogspot.com/2006/08/crtica-desde-fuera-del-campo.html
[3] Cfr. Conatel. Servicio de internet. Indicadores. Años 1998-2010. En: http://www.conatel.gob.ve/files/Indicadores/indicadores_2010_anual/internet_102.pdf En línea: 20-08-2011
[4] Cfr. http://www.prensaescrita.com/america/venezuela.php y http://www.prensamundo.com/p-prensa-de-venezuela.htm http://www.prensamundo.com/p-prensa-de-venezuela.htm
*Agradecimientos a Felix Suazo por haber cedido este trabajo a Tráfico Visual