Site icon Trafico Visual

Fuera del silencio. Por Armando Rosales y Ernesto Montiel

Texto de sala de la colectiva “Fuera del silencio”

16.09.2012 – 14.10.2012

Al Borde

Maracaibo – Edo Zulia, Venezuela

“El oído es un sentido que no se puede cerrar a voluntad. Las orejas no tienen párpados”

F.Murray Schafer

 

Si bien vivimos en un mundo donde lo visual domina sobre lo aural, parece que es más fácil soportar la oscuridad que el silencio.  Con esto en mente, se puede decir que la voz de otras personas, la conversación con ellas, es la compañía más buscada; así como también la música. A mediados del siglo XX, John Cage conceptualizó la música como una mera “organización de sonidos”, y fue quizás entonces cuando comenzó a pensarse que mas allá de la intención musical, hay una diferencia entre lo que es sonoro y lo que es sonido, siendo este último la sensación que las vibraciones producen en el oído, y lo primero, lo que suena o lo que puede sonar. También fue quizás en ese momento cuando comienza a derribarse la creencia de que la música puede ser una cosa y no otra, legitimando a todo el mundo sonoro como un hecho que puede ser apreciado.

Es aún más reciente  la condición en la cual el sonido ha comenzado a ser aceptado como parte del mundo del arte, o por lo menos como parte del mundo de la galería de arte. Muchas situaciones u obras ya no pueden ser consumidas mediante la silenciosa contemplación, sino que requieren de la escucha para ser percibidas. Entonces, a parte de las consideraciones de masa, color, forma, iluminación o espacio, otras comienzan a ser tomadas en cuenta al momento que como el sonido es presentado y enmarcado, de cómo es capturado, producido y representado, y también de como decidimos percibirlo.

 

FUERA DEL SILENCIO se constituye desde el sonido y establece un panorama que señala hacia lo sonoro.  Algunas piezas suenan, otras representan actos o hechos que generan sonidos, otras son registros de acciones ejecutadas en la búsqueda de nuevas intenciones, contextos o espacios sonoros.

Ana Alenso apela a la falla funcional de un objeto para generar sonido, este deambula precariamente  entre las líneas en espiral que reposan sobre unos tocadiscos dañados  en su video  TRES ESPIRALES AL CUADRADO.

Enrique Moreno deconstruye un tocadiscos que solo con el movimiento del relé de un teléfono  y un alambre de cobre hace que un disco de vinil gire, separando el movimiento de la información, desgastando la superficie y modificando  progresivamente el contenido de lo que originalmente       está registrado.

En RECUERDOS DE ALHAMBRA, Aquiles Hadjis presenta una serie de  5  chapas  de  guitarra eléctrica, que a su vez son modelos a  escala del piso de distintas canchas deportivas de usos múltiples. Concibe estas dos superficies -chapas y canchas- como soporte de un registro de  acciones: el juego y  tocar guitarra. En una cancha las líneas representan límites y reglas,  entonces  traspola esta idea a la forma de  la chapa de la guitarra, asociando así las directrices  y condiciones que el utiliza en la práctica de la improvisación libre o no-idiomática, en la que se desempeña principalmente como guitarrista.

También presenta  el registro en video de una acción sonora que tuvo lugar en Tokio y que tiene como título MULTIPLAYER, en la cual,  con varios instrumentos modificados y otros mecanismos, ofrece una invitación discreta para que el público tome parte de los hechos, ensamblando una lúdica, interactiva y particular estructura sonora.

En la búsqueda de un método de composición musical alternativo mediante acciones y objetos, Ulises Hadjis traduce la información de unas facturas a notas musicales  y la impresión en una tela amarrada a la rueda de un caucho (mientras hacía las diligencias que generaron las facturas), encontrando así la ubicación azarosa de las  notas musicales en un pentagrama, tiempo y palabras.

Armando Rosales  muestra  dos diagramas que se utilizaron para la concepción de  su acción sonora  TOCANDO CON (2009-2010), en la que planteaba un espacio  de improvisación libre  entre dos ejecutantes: (piano y batería, 2009) y (guitarra y batería, 2010), en el medio de un salón de  artistas jóvenes. También presenta un  ensamblaje sonoro, manipulable por el espectador, constituido por dos intercomunicadores inalámbricos retroalimentándose. Estos  fueron usados como instrumentos  en  la mencionada acción.

La pieza de Marco Montiel Soto  es una mesa con una foto de  un indígena sentado en la  rama  de  un árbol  con un parlante como cabeza, desde el cual emana una narración  que se refiere  a la constante necesidad natural del hombre de cuestionarse a sí mismo. Entonces, asocia a la  repetición con la definición del eco como rebote, y a la deformación progresiva del sentido de lo escuchado.

En ESQUIZONANCIA, Luis Arroyo  muestra un conjunto de  electro-encefalogramas (EEG) de pacientes esquizofrénicos, atando la graficación del  estudio (onda) como sistema de  representación de  una sonoridad  no audible inherente  al sujeto. Plantea así un panorama expandido de  la  definición política  de  lo sonoro, proponiendo la voz inicial del sujeto como clave y, a  la armonía y el caos en lo sonoro, como obstáculos a la posible vinculación con la frecuencia de la sonoridad natural de la tierra. 14 libros de filosofía envueltos en EEG se consideran como bloques  sonoros y como  expresión antinarrativa de la experiencia psicótica.  De esta  manera postula las manifestaciones sonoras como únicas y recurrentes en cada sujeto, como un instrumento que es tocado por y para ellos mismos.

José Gabriel Hernández propone una instalación que  consta de  dos walkmans intervenidos, 16 loops en cassettes, un mixer y unos parlantes; una especie de sound-system de baja definición. Esta serie de  elementos-base se ofrecen al espectador como una oportunidad de creación en vivo, para experimentar con la modificación de lo que suena, a medida que  va  mezclando  y superponiendo los loops,

Christian Vinck  presenta  par de grabaciones, en las cuales  la manipulación y apropiación de un registro de pájaros de Latinoamérica en un museo de  Historia Natural en Argentina. Junto a Paula Lavanderos, Bernardo Ramalho y Tamir Lichtenberg, encendieron los botones que activaban el canto de cada ejemplar, con el propósito de generar un paisaje constituido por el sonido de todas estas aves. El montaje en  la parte exterior de la galería recontextualiza las grabaciones de vuelta a un espacio natural.

El Archivo: Grabaciones A Pleno Sol es un registro de aproximadamente 200 horas de  audio en cassettes, que junto a dos reproductores se presenta como una estación de escucha histórica. Son documentos de proyectos como El Jaibo, Mar De Iguana, Metra, El Calor Específico, Los Jardineros del Chance y Lope Titano, entre otros; los cuales se suscitaron en Maracaibo desde el año 1994 hasta la actualidad y que abordaron la improvisación libre, la canción experimental y la desestructuración del hecho musical. Empujados fundamentalmente por la pulsión de hacer y por una intención sustentada en un empirismo puro, se han incluido en esta exposición  considerándolos como raíces de  la exploración sonora-musical en la ciudad, como agentes potenciadores de ideas en la búsqueda de lo sonoro más allá de lo musical. Mostrar este registro, que abarca casi 20 años de grabaciones y proyectos, se plantea como antecedente y como estímulo para el porvenir de  la exploración sonora, y sobre todo, como una exaltación del valor de un proceso en el tiempo.

Estas obras y registros se amalgaman en esta exposición como un proceso natural  de transiciones  en el que no hay etiqueta definidas. Donde el empirismo como impulso, la investigación como amplificador de ideas y la heterogeneidad como constante, se enriquecen entre sí para dar una introducción a varias maneras de abordar, de explorar, de percibir y de entender lo sonoro como medio, como soporte, como herramienta y como una amplia puerta abierta.

 

Armando Rosales + Ernesto Montiel, septiembre 2012.

 

*Gracias a Al Borde por el texto y las imágenes

 

 

 

Exit mobile version