El pasado 5 de febrero, la Sala Mendoza fue sede de la deliberación y proclamación del veredicto del jurado encargado de decidir quién es el ganador de la XII Edición del Premio Eugenio Mendoza.
La Sala Mendoza, presentó la XII Edición del Premio Eugenio Mendoza, el acto fue transmitido en vivo.
Bajo la curaduría de Diana López, con la coordinación de Patricia Velasco y la museografía de Matilde Sánchez, los artistas Suwon Lee, Oscar Abraham, Lucía Pizzani, Ernesto Klar, Juan Pablo Garza, Iván Candeo, Starsky Brines, Irene Bou, Ana Alenso, Emilio Narciso y Mairyseth Vargas presentaron sus proyectos desde el domingo 3 de febrero de 2013, día en que se inauguró la muestra.
Hoy, 5 de febrero de 2013, el artista Adrián Pujol y los curadores e investigadores Lorena González y Gerardo Zavarce fueron los encargados de seleccionar al ganador de una residencia en Hangar, Centro de Producción e Investigación en Artes Visuales, en Barcelona, España.
Una vez culminada la deliberación, se determinó que la ganadora de la XII Edición del Premio Eugenio Mendoza es Lucía Pizzani, debido a que su obra titulada De la desconocida del Sena y otras Ofelias revela, según el veredicto del jurado:
las poéticas del archivo inscritas y renovadas en metáforas vinculantes sobre problemas existenciales de lo humano, desde las tragedias del cuerpo individual hacia el cuerpo social; en una propuesta que a través del adecuado uso del video, el performance, el referente histórico, la escultura y la gráfica congrega una delicada narratividad integral sobre los ciclos y refracción de la vida y de la muerte.
En segundo lugar, se reconoció el trabajo de Iván Candeo, ya que su proyecto El accidente del tiempo, según el veredicto del jurado:
representa una valiosa reflexión sobre las estructuras, ficciones y verdades de lo global y lo local, a través del diálogo de acciones visuales que más allá de presentarse como un argumento descriptivo del momento actual despierta complejas interrogantes en las realidades del espectador.
Finalmente, Emilio Narciso resultó acreedor de la Mención Honorífica por su obra Memorias de Venezuela ya que logra, a través de inquietantes tramas intercaladas y según el veredicto del jurado:
una fusión formal que al tiempo que disecciona referentes característicos de la historia del arte venezolano postula una veladura que se vuelve transparencia de nuestro presente como sociedad.
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Lucía Pizzani
“De la Ofelia del Sena y otras desconocidas” (2012-2013),
La obra parte de la historia de La Desconocida del Sena, una máscara mortuoria de una jóven que se ahogó en el río Sena alrededor de 1880, y cuyo rostro se hizo famoso entre artistas y escritores después de 1900, especialmente entre los surrealistas. Aunque se sospecha que fue un suicidio no hay datos concretos sobre ello, y tampoco como fué que mantuvo facciones plácidas y esa belleza que inspiró al forense a mandar a hacer la mascara, como cuenta la leyenda…Su historia quedó olvidada en el tiempo. Yo la retomo al hilarla con casos de nuestra contemporaneidad sobre mujeres que se han lanzado a ríos, por los dilemas que presenta la vida moderna para muchas de nosotras, o por casos de violencia y otros dedepresión, quedando casi todas ellas en el olvido. La instalación se desarrolla entre esa idea poética —e incluso romántica— de la Ofelia de Hamlet y crudeza de las historias actuales exhibidas.
En su libro “La Belle Noyée” (La bella ahogada) Bertrad Tillier afirma que la Desconocida del Sena cristaliza el imaginario urbano del siglo XIX debido a su identidad múltiple, sus orígenes oscuros, y su historial plural. Esta máscara de yeso, que también puede ser apreciada en la instalación junto a una serie de monotipos creados con su imagen, pertenece a la llamada “era de la reproducción”. Rescatada como objeto y enigma, su historia como molde puede ser comparada con la de la fotografía ya que fueron despreciados por ser medios ilustrativos o documentales que operaban fuera del sistema de los objetos artísticos.
Actualmente la teoría más aceptada es que la jóven ahogada era una modelo posando como muerta. Su vida se inmortalizó en la máscara, como lo hicieron personajes históricos como Napoleón. En este caso fue una desconocida, una anónima que se inscribe en la tradición de la Ofelia, retratada por tantos. En el video que se muestra en mi obra, cuatro cuerpos caen al agua recreando la muerte y al mismo tiempo siendo la resurrección de las historias de estas damas que vuelven a vivir ante la audiencia. El video emula el poder de resurección que se le asigna al imaginario de las máscaras mortuorias. La máscara blanca e inmaculada, con los ojos cerrados y un gesto de medio sonreir es el doble perfecto de la jóven desconocida, es el doble que vence a la muerte.
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Iván Candeo
El Accidente del Tiempo
Hoy existen diferentes signos para pensar en la confrontación con un gran encierro global contemporáneo producto de la aceleración en tiempo real de la información, de la realidad. Cada vez más la información sobre aspectos de la realidad global genera una sensación de plenitud en la representación del planeta, una “comunidad cerrada” de redondez perfecta, una Ciudad-Mundo. A la velocidad absoluta de la transmisión de mensajes de la interactividad: conquista de la ausencia de extensión física.
De ahí el acento puesto desde hace tiempo por la astronáutica sobre la ilusión de la conquista del espacio, conquista del vacío. En Venezuela ha tenido como resultado el lanzamiento de satélites con nombre de héroes independentistas (Simón Bolívar, Francisco de Miranda). Lo que ocurre es la confrontación del único planeta habitable del sistema solar a su exterior último.
La obra El Accidente del Tiempo, 2012 está constituida por dos proyecciones de video simultaneas, la primera presenta un modelo de la familia de cohetes chinos Larga Marcha 3B, usado para poner en órbita el satélite VENESAT-1 Simón Bolívar, reposando inerte sobre un horizonte desértico, mientras tras el crepúsculo acelerado, la línea de sombra cruza el vehículo espacial. La segunda, un globo, representación geoesférica de la Tierra desciende pendientes rápidas aumentando su velocidad en una carrera según las leyes de gravedad conocidas. La obra pretender ser un dispositivo de relación que aborda la conciencia de un gran encierro contemporáneo, de la aceleración de información, de la realidad.
Para comprender este contexto se consideraron distintos autores, destacando los planteamiento sobre la Dromosfera de Paul Virilio, y como interlocutor, el trabajo del artista venezolano Claudio Perna, precisamente por haber desarrollado entre su diversidad de obras, producciones que evidencian una conciencia geofísica global producto de su formación como geógrafo. Su interés en Marshall McLuhan y la Aldea Global, los “monumento a geonauta” hechos desde los años 70, el uso de diversas formas de representación territorial, mapas, globos terráqueos, vistas satelitales, fotografías, etc. fueron objeto de estudio en esta producción.
Caracas, 9 de julio de 2012
*Agradecemos a Lucía Pizzani e Iván Candeo.
