La categoría “campo ciego” fue trabajada por Henri Lefebvre en su libro La revolución urbana alrededor de los años 70 del siglo XX. A través de su análisis el autor estudio aquellos campos de la urbe que funcionan como “no ciudad” o “anti-ciudad”, al interferir con la lógica de planificación territorial parcelada y en pleno control, e infiltrarse en su dinámica generando territorios de incoherencia, incertidumbre, fuga y conflicto con las necesidades del disciplinamiento social (dirigido a favorecer modos de producción que terminan segregando la mano de obra). Sin embargo, tendría que tomarse en cuenta las advertencias latentes en los campos ciegos para prosecución de una realidad menos represiva y más flexible con las transitoriedades, puesto que en ellas también hay indicios a ser revisados en busca de otros modos de vida posibles.
El trabajo de Ovalles-Ar se ha caracterizado por concentrar su atención en el caos urbano desde sus contrastes más severos, utilizando para su creación elementos suministrados por el entorno inmediato, con los que apunta a poner en valor las posibilidades de la auto-gestión movilizada por la necesidad, la precariedad de los materiales y lo inevitablemente perecedero (elementos opuestos a la lógica moderna de trascendencia, organización, durabilidad y delimitación taxativa).
En esta oportunidad el artista-tomando y discutiendo la teoría de Lefebvre- ha realizado un abordaje que se ubica en las zonas críticas e ininteligibles-los campos ciegos-de lo urbano, aquellas que vulneran la ciudad ordenada, contaminan y desestabilizan aquellos lugares que, idealmente, estaría destinados a la práctica de pulcra ciudadanía. A partir de estas ideas propone obras que exploran volúmenes informales hechos desde una sitio-especificidad que subraya las condiciones de la extrema otredad (aquella que no sólo ha sido catalogada, sino también expulsada y negada) y confrontan las pretensiones de sociedad urbana actual, sobre todo intentando ver y comprender las hibridaciones de nuestros contextos latinoamericano y venezolano.
ALBELEY RODRIGUEZ
Ver imágenes de sala cortesía Charly Riera