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Conrado Pittari, historia y melodrama del arte en Venezuela. Por Felix Suazo

Melodrama y Poder 3. Panorámica. Conrado Pittari Para Web

Melodrama y Poder 3. Panorámica. Conrado Pittari

 

Leonela, Kassandra, Por estas calles y otras telenovelas venezolanas, no sólo marcaron una época de esplendor para este género en la escena cultural del país, sino que filtraron una parte sustantiva del imaginario nacional. Más que entretener siguiendo un patrón de actuaciones y situaciones estereotipadas, alcanzaron a delinear algunas de las inquietudes sociales y humanas del gentilicio local, desde los problemas de género y poder hasta la violencia y la corrupción. Amor, muerte, odio, sufrimiento y también el humor mezclado de los sectores populares, la clase media y la alta sociedad, se encuentran en aquellas piezas que acabaron por convocar el talento y la inteligencia de intelectuales de la talla de José Ignacio Cabrujas para quien la telenovela es “lo único importante que hemos hecho en materia de literatura”[1].

Gledys Ibarra, 2013. Transfer sobre algodón, 110 x 180 cm. c-u. Conrado Pittari

 

Intentando llevar este planteamiento a sus consecuencias más extremas, Conrado Pittari (Caracas, 1983) propone la patrimonialización de este género, mediante su recodificación museal, utilizando la fotografía, el video y la pintura como medios de legitimación. Aquí el medio, la técnica y el soporte, cargados con sus respectivas historias, buscan la perpetuación de eventos y personajes “de telenovela”, ya fuera de la frivolidad de la industria mediática e insertos en el selecto ámbito de las “bellas artes”. Ya no se trata de contar una historia capítulo a capítulo, sino de indagar qué significan esas narrativas y cuales son los mecanismos discursivos que las sostienen e impulsan.

Éxodo La Zulianita En Sala. Conrado Pittari

 

Venevisión, 2015. Fotografía. Cinco piezas,E, 40 x 60 cm. c_u. Conrado Pittari

Pero esta es sólo una parte del problema que confronta la propuesta de Pittari en la exposición Patrimonio Nacional. Melodrama y poder (Maczul, noviembre, 2015). Del otro lado, está la propia historia de las artes visuales en Venezuela, plagada de exuberancias laudatorias y también de omisiones. Hay aquí, como en otros campos, un relato central, estructurado desde la causalidad y la consecutitividad cronológica, donde los productos de la cultura mediática, especialmente los televisivos, entran con dificultad o están ausentes. Curiosamente, la genealogía de las artes visuales en el país podría asimilarse y contarse como un melodrama, con galanes, doncellas y actores de reparto que anhelan y sufren. Los episodios, como los de una telenovela, son predecibles, casi siempre en línea evolutiva, de lo más elemental a lo sublime y lo complejo, del arte prehispánico,  a la tradición colonial, el academicismo, el paisaje, la abstracción y todo lo que sigue en la lógica de este modelo, en el que de vez en cuando se interpolan historias paralelas con sus istmos retrospectivos (por ejemplo, nueva figuración) o futuristas (por ejemplo, post cinetismo).

Resumen, 2013. Impresión digital. 204,7 x 90 cm.Conrado Pittari 

 

Kassandra en la carraca, 2015. Óleo sobre tela, 197 x 245,2 cm. Conrado Pittari

 

La cuestión, obviamente, no es sencilla y la propuesta de Pittari tiene la cualidad afortunada de añadir más confusión al tema que nos ocupa. Una vez que aceptemos cuan inciertas, ambiguas o poco eficientes han sido las categorías y métodos empleados hasta el momento para tratar con las distintas prácticas culturales en nuestro ámbito, en esa misma medida estaremos en la ruta de debatir y reformular criterios. Por lo pronto, la propuesta de Pittari busca nuevos enlaces, a la vez que enfatiza algunas fricciones entre la alta y la baja cultura, entre la iconografía televisiva y las producciones visuales más elaboradas. De allí resulta una escena marcada por la hibridación en la que mundos aparentemente ajenos se tocan. De esta manera se cruzan la depurada épica del cinetismo y la áspera ética de la calle, el lagrimeo desconsolado de la mujer humillada y el severo retinalismo de los experimentos ópticos, los retratos de figuras notables y los sujetos de tipología vernácula; todo ello en ese gran contenedor ceremonial que es el museo. En definitiva, el asunto es propiciar proximidades inéditas y miradas convergentes, donde la alteridad encuentre su anverso y complemento. Así, la historia es melodrama, y el melodrama monumento nacional.

Caracas,  octubre de 2015.-


[1] Cabrujas, José Ignacio. Y Latinoamérica inventó la telenovela. Alfadil Ediciones, 2002, p 23

 

Texto e imágenes de Felix Suazo
Exopsición Patrimonio Nacional: Melodrama y Poder
Conrado Pittari
Inauguración 28 de noviembre 2015
Sala 5 y sala multimedia
MACZUL, Maracaibo.

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