Yucef Merhi y la profanación del discurso

por Manuel Vásquez-Ortega

Texto publicado originalmente en: Revista Comunicación, del Centro Gumilla. 4º Timestre 2020. Nº 192 (26/11/2020).

Entre dispositivos de producción, rituales de consumo, aparatajes tecnológicos y puestas en escena, en la actualidad, la comunicación humana se ha convertido en un proceso de intercambio y poder mucho más intrincado que la tríada básica resultante entre emisor, mensaje y receptor.

Y es que, dominados por un flujo nunca antes visto de imágenes, información y acontecimientos, como sociedad, vivimos con la sensación ubicua de que nuestra historia se acelera, mientras, con su paso fugitivo, comprobamos que los mitos del futuro anhelado desde el Siglo de las Luces, no eran más que simples ilusiones.

Por su parte, tras la sustitución de los relatos utópicos del progreso, nos acercamos en aumento a las narraciones escatológicas de un porvenir lleno de sofisticadas armas comunicacionales, utilizadas en campos de batallas táctiles, visuales, e inmediatos a nuestras manos, conectados a nosotros por la inmaterialidad de las ondas electromagnéticas. Desde allí, manifestados en pantallas y cables, estos espacios de información son manejados a través de intenciones y discursos concebidos como dispositivos, siempre inscritos en un juego de poder. Una red que incluye “instituciones, arquitecturas, decisiones reglamentarias, (…) –y– brevemente, lo dicho y también lo no-dicho” (Agamben, 2005).

Pero no todas las sociedades adoptan por igual las formas de accionar de dichos mecanismos discursivos, pues la lógica de la comunicación –y con ello, de la dominación– actúa diferente según sea el lugar en el que estos se implanten. Es así como, en territorio latinoamericano, desde la manera de relacionarse de sus individuos, hasta los más complejos procesos políticos y sociales, dejan entrever la verdad cultural de sus países: que el mestizaje no es solo el hecho racial del que vinimos, “sino la trama hoy de modernidades y discontinuidades culturales, de transformaciones sociales y estructuras del sentimiento (…) que revuelven lo indígena con lo rural, lo rural con lo urbano y lo popular con lo masivo” (Martín-Barbero, 1991).

En este espacio de confusión y sincretismo, Martín Barbero determinará que la comunicación se ha tornado en nosotros “cuestión de mediaciones más que de medios, cuestión de cultura y, por lo tanto, no sólo de conocimientos, sino de reconocimientos” (ídem). Así, la transición de los ‘medios’ a las ‘mediaciones’ implicará un entendimiento peculiar del proceso de comunicación, para ser visto como lugar interactivo, basado en aspectos relacionales, culturales y de negociación, en los que el discurso adquiere un rol decisivo.

Para nuestro interés, discurso no será simplemente lo que traduce las luchas o los sistemas de autoridad, sino “aquello por lo que y por medio de lo cual se lucha, aquel poder del que se quiere uno adueñar” (Foucault, 1992), para tomar posesión, finalmente, de la manera en que una sociedad concibe el mundo que la rodea. Es de esta forma como prohibir palabras, separar posiciones y manipular la voluntad de verdades se consolidan como algunas de las estrategias de control más efectivas del hombre moderno, en base siempre al manejo de las palabras, y por ende, de las acciones que estas conllevan.

No obstante, el discurso como objeto de estudio no es un acontecimiento ni reciente, ni poco explorado, pues desde hace años distintas disciplinas lingüísticas y científicas convergen en métodos de su análisis crítico, enfocado en indagar sobre “el modo en que el abuso del poder social, el dominio y la desigualdad son practicados, reproducidos y, ocasionalmente combatidos, por los textos y el habla en el contexto social y político” (Carvajal, 2007). Por su parte, con intenciones similares, el artista, poeta y programador venezolano Yucef Merhi (Caracas, 1977) profundiza en la capacidad hegemónica del discurso, contextualizado en la Venezuela de Hugo Chávez Frías, para plantear una nueva situación que permite al pensamiento funcionar debidamente: el acceso a la información.

A través de mecanismos de software y programación, Merhi se vale de las posibilidades digitales entendidas como manifestación de arte, para investigar, experimentar y especular a partir de datos informáticos, concebidos como imágenes infinitas de cara a las formas de su representación, así como sus posibilidades de archivo y correlación entre diferentes categorías de lo sensible. Categorías, éstas, en las que el artista desprograma para reprogramar, “sugiriendo que existen otros usos posibles de las técnicas y herramientas a disposición” (Bourriaud, 2007).

De esta forma, en obras como Discursos presidenciales (Chávez) (2016), Merhi expone los sermones del difunto mandatario venezolano a partir de la aparición y desaparición reiterativa de palabras, recurrentes, dentro de un discurso de aires populistas, en el que “la visibilidad y la presencia social de las masas, remite fundamentalmente a un hecho político” (Martín-Barbero, 1991); un dispositivo activado en pos de permitir la entrada –sólo en apariencia– de las capas sociales ‘no burguesas’ en la esfera pública. Sin embargo, la crisis de la disolución de lo público “no conduce –nunca– a la revolución social, sino a una recomposición de la hegemonía” (ídem), una nueva cara del poder que hace uso de las mediaciones como proceso comunicacional en su faceta más personalista: aquella en la que un sujeto otorga sentido a los mensajes y que construye la realidad a través de las significaciones que éste les confiere.

Respecto a estas posibilidades de la mediación, la incorporación –aparente– de las clases populares a la cultura hegemónica tiene una larga historia, en la que la industria de los relatos ocupa un lugar primordial. Relatos que, en el caso del discurso de Hugo Chávez, materializan uno de los procedimientos básicos de control de la producción del discurso según Foucault (1992): la voluntad de la verdad, referida a la separación entre lo verdadero y lo falso, “que es arbitraria, modificable e institucional, y que no puede ejercerse sin una cierta violencia” (ídem).

Discursos Presidenciales (Chávez), 2016
Yucef Merhi
Computadora, software personalizado, Internet

Si bien hace mucho tiempo que los mitos de origen han desaparecido de nuestras referencias cotidianas, aun hoy la razón moderna no termina de congeniar con la herida producida en las culturas latinoamericanas, que encuentran alientos de autonomía en líderes vistos como deidades, traducidos generalmente en autocracias a lo largo de la historia patria. Particularmente, con la entrada de Hugo Chávez Frías al escenario político venezolano, esta cicatriz es reavivada hasta encontrar un acceso a los medios masivos a través de sus largos sermones, transmitidos en vivo, y en muchos casos, como cadena nacional, encarnando en éstas a la figura del pastorado: un gobierno de los individuos por la demostración continua de su propia verdad particular.

En estas puestas en escena, el finado presidente, como ‘autor’, reescribía la historia a partir de comentarios, ahora narrados en un lenguaje soez y violento, adoptado por algunos de sus homólogos contemporáneos, como el ex presidente peruano Ollanta Humala (también estudiado por los software de Merhi). Una estructura dialéctica común en el uso de un lenguaje que divide, glorifica, engaña y confunde, a partir del control del discurso como base y cimiento.

Discursos Presidenciales (Humala), 2016
Yucef Merhi
Computadora, software personalizado, Internet
Vimeo: https://vimeo.com/183222710

Por su parte, el acceso a información proporcionada por los diversos medios tecnológicos del presente, no exenta a los miembros tardíos del club de la modernidad del desconocimiento de su realidad local, agobiada por el exceso de datos e imágenes ajenas que dan la impresión de un transcurrir histórico confuso e incomprensible. De esta manera, enfrentamos el porvenir con las trabas y regulaciones de la información veraz, entre filtros gubernamentales y discursos controlados por los medios, en un mundo en el que solo existe lo representado, o todo aquello de lo que sea posible constatarse.

Ante esta premisa, en su serie Hacking, Yucef Merhi materializa la virtualidad de un conjunto de datos interceptados por medio de técnicas de pirateo, siendo Máxima Seguridad una de sus piezas más osadas: una obra hecha a partir de la extracción de correos recibidos por Chávez entre los años 1998 y 2004. Entre bifurcaciones interconectadas y entramados sin principio único, los correos se ordenan siguiendo una estructura modular repetida, que da orden conmutativo a la agrupación de datos: mensajes de conocidos, dirigentes de otros países, inversionistas, solicitudes de trabajo, entre otros motivos. Depósitos de fe convertidos en códigos, dirigidos a un líder convertido en divinidad.

Hacer pública información de esta índole es, a su vez, una estrategia coincidente con la acción de la profanación, aquella que “libera lo que ha sido capturado y separado por los dispositivos, para devolverlo a un posible uso común” (Agamben, 2005). Así, profano será aquello que “habiendo sido sagrado o religioso, es restituido al uso y a la propiedad de los hombres”. Pero, tras ser devuelto a terreno de lo mortal, ¿qué hacer con este material, antes prohibido, y ahora ante nuestros ojos? ¿Qué implica el acceso colectivo a esta información personal, pero histórica?

Como cualquier ataque cibernético, las prácticas realizadas por Yucef Merhi demuestran mucho más de lo que denotamos en su representación: no solo se tratan de la exhibición de un material de difícil alcance, incluso tampoco del contenido de sus mensajes, sino de la certeza de poder acceder a los archivos de una historia detallada sin manipulaciones en su discurso, pues, así como para un programador no hay nada más objetivo que un código, para un gobierno no hay nada más valioso que sus datos.

Ante la obsolescencia de las medidas de seguridad, Yucef Merhi continúa demostrando la vulnerabilidad de los sistemas de protección informática de instituciones y personalidades de gobiernos latinoamericanos. En esta ciber-contienda, logra también penetrar el buzón de correo electrónico del ex Ministro del Interior del Perú, Daniel Lozada, para dar corporeidad a su obra Seguridad Interior, en la que, como en trabajos anteriores, Merhi confronta al espectador con nuevas experiencias del espacio, la inmersión y el cuerpo, sumado a las paradojas de las prácticas archivísticas, que ofrecen nuevos puntos de partida para la reconstrucción de la historia, mas nunca un necesario fin. Una historia en este caso protagonizada por Lozada, conocido por la polémica Operación Libertad; ejecutada para la recuperación de 36 personas secuestradas, en la que envió y recibió cientos de correos electrónicos entre 2011 y 2012, tras el muy abucheado ‘éxito’ de la maniobra militar.

Entre giros gráficos, los archivos planteados por el artista nos obligan a hacer un esfuerzo de inteligibilidad, “a una mejor inteligencia de los lienzos y los nudos, entrelazando las realidades y apariencias, las ilusiones y los síntomas, las imágenes y los modelos” (Balpe, 2000), en la válida posición de volver a juzgar lo real en relación con la percepción realista de lo imaginario, o incluso, de socavar la fe del observador en la transparencia de la imagen que se presenta como certera.

Finalmente, las obras como superficie de almacenamiento de datos de Yucef Merhi plantean un nuevo inicio para la escritura de una historia hecha de otras voces, restos enigmáticos que, sin pretenderse solución alguna (mucho menos salvación) “funcionan como arcas descubiertos de momentos perdidos” (Guasch, 2011), en los que la información es un portal posible entre un pasado reabierto y un futuro inacabado. Porvenir que en Latinoamérica implica trazar el camino de su verdadera independencia: un sendero en que la información y la comunicación sean los valores que realmente dominen el discurso de nuestros gobiernos.

Bibliografía
AGAMBEN, Giorgio (2005): Profanaciones. Buenos Aires: Adriana Hidalgo
BALPE, Jean-Pierre (2000): Contextos del arte digital. Paris: Hermes.
BOURRIAUD, Nicolás (2007): Postproducción. Buenos Aires: Adriana Hidalgo.
CARVAJAL, Alejandro (2007): “El Discurso, el Poder y el Arte de Gobernar”, en: Criterio Jurídico. Cali: Pontificia Universidad Javeriana.
FOUCAULT, Michael (1992): El orden del discurso. Buenos Aires: Tusquets.
GUASCH, Anna María (2011): Arte y Archivo. Madrid: Akal.
MARTÍN-BARBERO, Jesús (1991): De los medios a las mediaciones. México D.F: Gustov Gili.
RIBOULET, Celia (2012): “Sobre el Arte de los Nuevos Medios”, en: Discursos sobre Arte Digital. Málaga: Universidad de Málaga.

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