“Esta experiencia me acercó a otra realidad, donde comencé a empatizar con migrantes que vienen de historias muy complejas” Entrevista con Amada Granado

Publicado originalmente el 12 de septiembre de 2021 en El Universal

La artista visual venezolana, autora de las series fotográficas “Guaire” y “Penitenciario” repiensa la función del arte

Amada Granado, 2020. Foto de Angela Bonadies

POR JUAN ANTONIO GONZÁLEZ

Aunque ha estado apartada de la disciplina con la que se dio a conocer en el medio artístico venezolano -la fotografía-, Amada Granado (Bucarest, Rumania 1977) lleva ya algún tiempo pensando en el sentido del arte ante una realidad compleja como la de las migraciones, las que se asumen por voluntad propia y las que se emprenden forzadas por circunstancias críticas. Ella misma es migrante. Actualmente vive en Ibiza, España.

Granado es autora de dos series fotográficas que causaron gran impacto en el país: Guaire (2008-2009) y Penitenciario (2012). La primera es una puesta en escena que desde la ironía cuestiona la conducta social frente a la permanente degradación del río que atraviesa la ciudad de Caracas. La segunda, que la tiene como sujeto protagónico, es la evidencia de la deformación del sistema de justicia en el país y fue realizada en el interior de un centro de reclusión en la Isla de Margarita –el Centro Penitenciario de San Antonio–, más cercano a un club social –“Mesas de pool, altares, piscinas, una gallera, chivos, palmeras, armas, drogas, niños y carpas de familiares por ser época de navidad”, así lo describió la artista– que a una cárcel.

Guaire, ensayo fotográfico realizado por Amada Granado entre 2008-2009

Desde mucho antes de la aparición de la pandemia, Amada Granado repiensa la función del arte. Su obra confirma una necesidad imperiosa de ir más allá de la contemplación, de la observación desde afuera. Para que una realidad pase a formar parte de su interpretación artística, la creadora necesita estar dentro de ella. Es por eso que cuando se realizó la convocatoria para el concurso de arte contemporáneo La Trayectoria Inédita. Mira al mundo de nuevo, su propuesta, titulada Bienvenido, consistió en un mapa en el que en lugar de señalar los sitios turísticos de Eivissa, destaca la ubicación de servicios de utilidad para los migrantes.

-¿Qué la llevó a emprender este proyecto?
-En 2013 tuve que salir de Venezuela; la situación política se me hacía cada vez más asfixiante. Y a esto le sumé un nuevo drama: la decisión voluntaria de darle la espalda a mi profesión: la fotografía. Fue como enterrar mi propio salvavidas. Y así fue durante mucho tiempo. Desde hace cinco años estoy residenciada en la isla de Ibiza, donde recibí mucho apoyo y orientación laboral por parte de especialistas en el momento en que más lo necesitaba. Esta experiencia me acercó a otra realidad, donde comencé a empatizar con migrantes que vienen de historias muy complejas, y poner el foco en el drama actual que viven tantas personas alrededor del mundo, escapando de gobiernos corruptos, guerras y persecuciones. Lo que también ocurre en el Mediterráneo es muy inquietante. Gracias a la convocatoria de La Trayectoria Inédita, y a las buenas conversaciones con mi amigo el artista Cristian Guardia, me animé a elaborar un mapa. Inspirado en los que dan la bienvenida al turismo de masas, éste contiene información relevante para dar la bienvenida y orientación breve sobre organismos que dan apoyo a migrantes en situación irregular o que entraron de forma clandestina.

“Busqué a mi amiga, la diseñadora Vanessa Guerrero -prosigue la artista venezolana-. Vanessa viene de una larga trayectoria como directora de arte y su nivel de compromiso, organización y ritmo acelerado, ayudó a que finalmente se lograra sacar adelante este proyecto que tanto me entusiasma. Todo el trabajo de diseño y color está pensado en cumplir una única y muy importante función, y es que los migrantes se sientan acogidos y orientados. Me ha servido de buen medidor compartir este proyecto con personas de distintas nacionalidades. Muchas de ellas se han espantado. Alguien me llegó a decir, en tono alarmante, que hacer esto atraería más refugiados. También me han comentado que los españoles se podrían molestar, puesto que tienen prioridad en sus necesidades. He visto mucha xenofobia, sobre todo hacia los musulmanes. Es por ello que decidí acercarme a las dos mezquitas que están en Ibiza ciudad para corroborar que siguieran funcionando. Encontré muy significativo incluir el símbolo que representa al Islam, en un mapa donde abundan las iglesias católicas. De haber sinagogas y más centros de otras religiones, también los habría incluido”.

-Cuando envié el arte final a la imprenta en Caracas, ese mismo día mandé una presentación de todo el proyecto a uno de los organismos que resalto en el mapa. Su coordinadora de voluntariado me ha estado apoyando con sugerencias muy pertinentes durante el proceso de producción, y es ella quien lo está presentando a su junta directiva. La idea es que sea este mismo organismo el que saque un tiraje y lo distribuya. Es ahí cuando la obra habrá cumplido su verdadero propósito. En sala solo se mostró una maqueta del contenido. El mapa estará en formato más pequeño con portada, contraportada y leyendas explicativas de las funciones de cada organismo. Toda la información estará en español, inglés, árabe y francés. Para mí tiene mucho valor que fuera la Oficina Cultural de la Embajada de España, la primera en mostrar este proyecto. Justicia divina, ¿tal vez?

-¿Cuál es su historia como migrante?, ¿cómo le ha afectado?
-Mi primera y más importante migración fue cuando mi padre me montó en un avión, a los cuatro años, de Rumanía a Venezuela. Me envió con un amigo suyo muy cercano, un tío para mí. Mi padre me sacó de la dictadura de Nicolae Ceaușescu. Fue hace no mucho que entendí la importancia de su gesto, esto determinó cómo sería mi vida para siempre: en libertad. Lo que no se imaginaba es que, al mes, cuando él y mi madre llegaron a Venezuela, ya yo había fundado mi propia nación… en una mata de mango.

-Tanto en la serie Guaire como en Penitenciario usted le planta la cara directamente a determinada situación, y además, hasta se permite ser sujeto de la imagen. ¿De dónde surge su necesidad por hacer “la evidencia” de una realidad?, ¿cuándo y cómo decide cuál será el tono general de su trabajo (el humor, la ironía…)?
-Crecí entre San Antonio de Los Altos y Caracas. También está el Casanarito, en los llanos, un río que desemboca en el Capanaparo, cerca de San Fernando de Apure, un pequeño oasis donde mi familia acampaba en vacaciones. La exuberancia de la naturaleza siempre estuvo muy presente. Luego, en 2006, tuve una larga estadía en Copenhague. Allí tuve la oportunidad de trabajar como fotógrafa en un estudio. Disfrutaba mucho presenciar el vínculo de los daneses con su ciudad, esa maravillosa relación que tenían con el espacio público, y yo formar parte de ello”.

-En ese entonces que descubrí al artista multidisciplinario Thierry Geoffroy, quien había hecho su base en Copenhague. Geoffroy era muy incisivo al señalar comportamientos sociales, desde una agudeza y frescura que encontraba fascinante. Un día me atreví a contactarlo por correo y enviarle una foto que había hecho recientemente, donde planteaba un tema muy puntual. Me citó en un café. Tras escuchar mis inquietudes, me ofreció la posibilidad de trabajar para él haciendo registros de sus acciones. Compartir con él fue de mucha inspiración, en un momento en el que buscaba mi propio lenguaje. Al regresar a Venezuela, caí en cuenta de mi absoluta desidia al no haber prestado nunca atención a tantas urgencias que pedían ser atendidas desde mucho antes. Fue a partir de ese momento que la descomposición de ese importante paisaje, que me acogió desde muy niña, pasó a ser mi prioridad. Si aparezco en Guaire y en Penitenciario, solo es debido a que formo parte del escenario, estando fuera y dentro de la imagen a la vez, agrega.

Penitenciario (2012)

¿Cuál es para Amada Granado el sentido último del arte?
-Desde hace un tiempo me he venido haciendo las siguientes preguntas: ¿qué es lo que realmente he aportado en medio de tantas crisis que vivimos en la actualidad?, ¿qué sería más importante para mí: exponer en una galería unas fotos de personas ahogándose en el mar o hacer un curso de socorrismo? Cualquiera que sea el gesto, viene de ese mismo impulso que me hace pensar en nuevas formas, en nuevas posibilidades, con un mismo fin: salvarnos de la barbarie.

@juanchi62

La obra Bienvenido, de Amada Granado se puede apreciar en la la exposición La trayectoria inédita / Mirar al mundo de nuevo”, que estará abierta al público hasta el mes de octubre de 2021 en la Hacienda La Trinidad, Caracas, Venezuela.

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