Estética Provisional: entre la exacerbación mimética y el mínimo gasto

Por Elizabeth Marín

“Todos ellos, desde lo roto, lo descuidado, lo recolectado, lo informal, lo inestable, lo desechable, lo reutilizado, lo marañado, lo inacabado, lo usado, lo abusado, lo desdeñado, lo destruido, lo torcido, lo enredado, lo rasgado, lo raído, lo gastado, lo quemado, lo desmantelado, lo remendado, lo corroído, lo oxidado, lo olvidado, lo descolorido, lo caótico, lo incontextual, lo inverosímil, lo expuesto, lo desechado, lo desmembrado, lo dividido, lo quebrado, lo descascarado, lo craquelado, logran demostrar de manera sutil nuestra idea de una estética de lo provisional.”

Yance+Urbina

Una palabra desata una reflexión, un diálogo, sobre lo que arrastra el arreglar, el acomodar, el solventar, el hacer funcionar algo que se ha roto, algo que se ha descompuesto, que no llegará a ser óptimo de nuevo. Un algo que se encontrará concebido en un “por los momentos”, que se hará definitivo y que estabiliza a un nuevo objeto unido a un fragmento que no le pertenece.

“Estética Provisional”
(Vista de Sala)
Centro de Bellas Artes, Maracaibo-Venezuela

Un objeto que representa un resolver y que proviene del mínimo gasto y de una exacerbación mimética de los modos de consumo de la cultura venezolana, en los cuales se observa “(…) un juego de locos a partir de la nada en que se enredan todas las cuestiones elevadas; un juego de gladiadores —por la sobrevivencia de los objetos un juego con los despojos raídos (…) —que— ama lo extraordinario, incluso lo absurdo. Sabe que la vida se afirma en la contradicción (…)”[1]

Juegos y contradicciones que son expresadas en la palabra “provisional”, que desencadenó la puesta en escena de Estética Provisional en el Centro de Bellas Artes de Maracaibo-Venezuela, desde las discusiones sobra la significación de la provisionalidad, lo inestable de la misma, y de su extraña eterna condición de durabilidad.

Leonardo Nieves: “Fuera de Sitio. La malla”
2017

Los artistas Raily Yance y Rodrigo Urbina funcionan en Estética Provisional como displays de un discurso que arropó a una serie de obras que expresaban esta particular temática. Ambos organizaron la muestra partiendo de la investigación artística del lugar de la “(…) improvisación habitacional, de las soluciones domésticas imprevistas a partir de objetos encontrados, desde la ambigüedad de los fortuitos contrastes de construcción de vida y la disparidad persistente, la estética provisional asume (…) la fractura imaginaria de sus configuraciones mágicas e inconscientes”[2]

Una postura argumentativa, que se une al gesto casi dada de las contradicciones de las existencias. Gesto donde se hacen evidentes estrategias de realización artísticas, provenientes de una cultura de uso que ha mutado el consumo del objeto, en su caducidad, al objeto provisional, ambiguamente declarado durable y visto como un: “(…) generador de comportamientos y de potenciales reutilizaciones, —aquí el arte vendría a contradecir a cultura “pasiva” que opone las mercancías y sus consumidores, haciendo funcionar las formas dentro de las cuales se desarrollan nuestra existencia cotidiana y los objetos culturales que se ofrecen para nuestra apreciación.”[3]

Federico Ovalles-Ar: “Columna Contingente II”
2022

Estética Provisional se asienta en la evidencia del detritus cotidiano, utilizable, y lo hace a través de una diversidad de posiciones artísticas que acogen este tipo de producción significante, que puede ser concebida en la oposición al objeto efímero de consumo y lo que se expresa en el resolver del cada día, por lo que se toma como principio la exacerbación mimética que se apropia de las condiciones provisionales de la cotidianidad, con la intención de conducirlas a su visualización en el espacio del arte. Para ello, se vale de la hiperbolización de los objetos y de las realidades apropiadas e interpretadas por los artistas que participan de la idea, del argumento, de los contextos imprevistos y al mismo tiempo estables.

Gabriela García: “Teticas”
2018

Esta exacerbación mimética de lo provisional que parte de un “juego con gastados despojos —en el que la realidad (…) es un caos de fragmentos —y en la que se aspira a una comprensión del todo, de un todo que sufre disonancias hasta el punto de la desintegración. (…)”[4] de aquello que se hace funcionar de nuevo a fuerza del acomodo y que se manifiesta dentro de la precariedad del gasto que altera el orden y la configuración del objeto arreglado, ahora expresivo en su disonancia y estabilizada presencia.

Las obras de Estética Provisional desarrollan la disonancia de lo cotidiano y la lucha de los objetos rehechos y precarios por su no desaparición. Una metáfora de durabilidad extraña que se exhibe como un orden de sobrevivencia, frágil, en un inexplicable mantenimiento que posee “(…) el poder de conmocionar o tranquilizar con uno y el mismo tema; como un «órgano extravagante» -—que—- «amenaza y tranquiliza al mismo tiempo»”[5] al hacer evidente su defensa como formulación de una estética de margen, una estética otra, fuera de control, ejecutada por todos en el aprovechamiento espontáneo de la cultura de la reutilización de lo que, aparentemente, no debe perderse, por evitar el gasto.

Luis Salazar: “Dispositivo para decepcionar”
2022
(Detalle)

Lo provisional en su permanencia habla de modos de consumo y de existencia, y al mismo tiempo de comportamientos económicos fluctuantes, en ese arreglar y acomodar lo que no se define como desechable, pues los objetos mutan en su adaptación. De allí que el gasto, como esfuerzo de realización, sea una parte importante de lo provisional. Un gasto mínimo que no basa su importancia en el cambio del objeto, en la estética cotidiana que muestre la mejora del entorno que habitamos, sino en la búsqueda de la funcionalidad del resolver.

Jurgens Portillo: “Filtro purificador”
2022

En este sentido, el gasto se nos presenta como la base de una utilidad material resuelta a medias que exhibe sin desparpajo su contradicción y su condición de fragilidad. El gasto provisional está subordinado a un fin humano, en el que los objetos no son desechados, ni ocultados, sino conducidos a la reinvención y a la permanencia, en vista de que son considerados objetos no superfluos, no necesarios de ser reemplazados, y que continuamente pueden ser rehechos dentro de la atrofia de su función.

Raily Yance: “Los campos”
2016

Estética Provisional presenta en cada una de sus piezas el desarrollo en la sociedad venezolana de la evidencia de un gasto mínimo, del gasto innecesario, que ha evolucionado en los modos de consumo y de la cultura del uso. Ella evidencia el gasto austero, casi ausente, que tiene su función social en el “mientras tanto”, en el “arréglalo como puedas”, en “un resuelve como puedas”, y que en cada obra se exhibe como un acto agonístico de supervivencia.

Rodrigo Urbina: “Estudio de la superficie lunar después de los humanos”
2020-2022
(Detalle)

La definición del gasto no solo se vale de su formulación económica, sino que nos tira a la cara la visión de lo provisional unida a lo precario, para tornarse significante en su manifestación de lo espontáneo del arreglo, o de lo que manifiesta una política de una utilidad otra. Política que nos hace pensar en otras productividades que no acusan de valores económicos, pero que se mantienen dentro de la estabilización de una norma de emergencia del objeto que se nos muestra y que nos ancla en el mundo de lo común.

Lo cotidiano y lo usal se expresan en las resoluciones creativas que los artistas han tomado a través de la estrategia de la exacerbación mimética y de sus disonancias. Estrategia con la cual nos conducen por representaciones y visualizaciones creativas y críticas en las que se plasman la existencia de todos, la existencia de modos de vida que se explayan en las condiciones provisionales, permanentes, que expresan los objetos del margen, fragmentarios, pero que conforman un todo.

Luis Mendoza: “Mercancías”
2022

Cada obra de Estética Provisional se identifica con las condiciones de vida de un régimen simbólico proveniente de la utilidad común, insólitamente perdurable en su frágil supervivencia. Cada artista toma una distancia necesaria para la interpretación de ese orden subyacente de la existencia, en la que se mezclan representaciones que se encuentran en la ausencia de lo completo, de lo inarmónico, en la pérdida de su formalidad de origen.

“Estética Provisional”
(Vista de Sala)
Centro de Bellas Artes, Maracaibo-Venezuela

Objetos que, apropiados y recreados mediante la exacerbación mimética empleada por los artistas participes de la provisionalidad, son ubicados en una “(…) tierra de nadie ontológica, (…) en alguna zona donde su juntan el rechazo, la reliquia y la réplica.”[6]. Lugar de aquello que no se quiere, ni desea desechar, que se mantiene en la utilidad otra, en el gasto mínimo de la necesidad inmediata que se encuentra en el nuevo acomodo, en la visión de emergencia y de vestigio, ahora convertida en objeto artístico.

Génesis Alayón: “Protector Jesús”
2022
(Detalle)

Una estética provisional es una estética del por ahora, suscrita al tiempo de lo efímero y precario, extrañamente durable. “En consecuencia, asume a la creación como un hecho necesario: tomar la decisión más simple, económica y eficiente, proceso análogo a la naturaleza, mientras razona con mecánicas intuitivas y naifs, resolviendo con lo que se tiene a la mano, con los materiales de los cuales se dispone, guardando estos relación (o no) con el objetivo a cumplir.”[7]

Fabio Rincones: “Serie Clavos”
2020-2021

Los factores que unen la representación de lo provisional, en la exacerbación mimética que envuelve todas las cosas con lo aparentemente temporal de las resoluciones, transitan por toda la estética concebida por Yance+Urbina, y esta es expresada por los artistas que les acompañan: Ángel Leiva, Antonin Figueroa, Esmelyn Miranda, Fabio Rincones, Federico Ovalles-Ar, Gabriela García, Génesis Alayón, George Lavarca, Hernán Alvarado, Jurgens Portillo, Leonardo Nieves, Luis Romero, Luis Salazar, Luis Mendoza, Raily Yance y Rodrigo Urbina, por medio de un recorrido inteligente; que habla de los recursos de las soluciones espontáneas, de los objetos que no solo son creativos sino también críticos de las situaciones de precariedad que se manifiestan en el gasto mínimo.

Todos ellos, en Estética Provisional ponen en evidencia a la materialidad cotidiana, a las técnicas comunes con las que se resuelven las necesidades inmediatas, unidas a la capacidad creativa de la gente que no ve al objeto provisional como una excepción sino como una normalización de los usos en sus disonancias.


[1] Hugo Ball: La huida del tiempo, Barcelona, Acantilado, 2005, p. 127 (Las cursivas son nuestras)

[2] Yance + Urbina: “Estética Provisional”, en: Artishock, https://artishockrevista.com/2022/12/05/estetica-provisional-artistas-venezolanos/

[3] Nicolas Borriaud: Post Producción, Buenos Aires, Adriana Hidalgo editora, 2004, p.17

[4] Hugo Ball citado por Hal Foster en: Malos nuevos tiempos. Arte, Crítica, Emergencia, Madrid, Akal/Arte Contemporáneo, 2017, p. 115(Las cursivas son nuestras)

[5] Hal Foster: Ob. cit: p. 115

[6] Hal Foster: Ob. cit: p. 88

[7] Yance + Urbina: Ob. cit: p.1

Estética Provisional se exhibe en el Centro de Bellas Artes de Maracaibo, Venezuela, desde el 27 de noviembre de 2022 hasta febrero de 2023.

Artistas participantes: Ángel Leiva, Luis Salazar, Luis Romero, Leonardo Nieves, Esmelyn Miranda, Fabio Rincones, Jurgens Portillo, Gabriela García, Luis Mendoza, George Lavarca, Federico Ovalles-Ar, Hernán Alvarado, Antonin Figueroa, Génesis Alayón, Raily Yance y Rodrigo Urbina.

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