El HERMOSO AUSENTE. EXPOSICIÓN DE HEDCWIN CARREÑO EN LA GALERÍA ABRA

El título de esta exposición hace alusión directa al cuento El ahogado más hermoso del mundo, escrito por Gabriel García Márquez en 1968 y en el que narra las situaciones y conjeturas que se dan en torno al hallazgo de un cuerpo que aparece a la deriva en la costa de un pequeño pueblo. Luego de ser recuperado, los miembros de la comunidad construyen alrededor de este una serie de especulaciones e interpretaciones, basados en los pocos datos que otorgaba su apariencia, para luego revestirlo y resignificarlo. Una costumbre muy propia de nuestros tiempos: la dinámica del hallazgo y el avistamiento, ya sea personal o colectiva de ese algo que da sentido, que orienta, una especie de imagen devocional, un mesías, un regente de voluntad. Este cuento pareciera ilustrar de manera elocuente algunos de los eventos que han signado nuestra historia reciente. En El hermoso ausente, ese cuerpo a la deriva se ausenta, no habrá un gran velorio y mucho menos cuentos épicos con los que especular.

En esta muestra, fotografía y pintura comparten un mismo espacio, expandiendo o invadiendo la una el “territorio” de la otra. La pintura se sostiene en el lenguaje mismo de la fotografía y la fotografía es perturbada por la pintura para mimetizar a sus personajes, anularlos o ausentarlos. Así ocurre en la serie de retratos Pintar un retrato presidencial que no es más que un enunciado literal de la acción a ejecutar, son fotografías de retratos presidenciales de los últimos cuarenta años, ubicados de manera cronológica y pintados, pero no para enaltecerlos en la memoria como es tradición, si no para ausentarlos y dejar lo otro, eso otro que poco atendemos en la memoria, la cáscara ergonómica de sus instituciones.

La serie homónima El hermoso ausente, por su parte, está conformada por un conjunto de fotografías en blanco y negro de eventos particulares de la historia reciente de Venezuela, donde la personalidad y el protagonismo son el centro de atención. Aquí nuevamente aparece la ausencia, la mimesis por medio de la pintura, pero nada de esto funciona como retaliación, sino solo como un alejamiento, un ir en sentido contrario al culto habitual a la personalidad, un mirar la historia o la memoria a través de la supresión de dichos personajes. Es revisitar el acto con la posibilidad de incorporarnos o incorporar al otro.

“Mirar mira” es una serie distinta, rompe con la relación del plano de lo bidimensional, abre espacio al volumen con un conjunto de troncos de diversas maderas que he recogido en las costas de la isla de Margarita. Son troncos que han sido llevados a las playas luego de un aparente recorrido a la deriva tal como el cuerpo que protagoniza el ya citado cuento de Gabriel García Márquez. Esos troncos relatan con sus marcas el itinerario transitado, en ellos asiento la mirada y ejecuto por medio del óleo representaciones de ojos, es el mirar; si algo me interesa aquí es posar la mirada contemplativa sobre el mismo acto de mirar y el cuerpo que la soporta.

Por último, casi como el final épico de una obra multitudinaria, la serie de pinturas al óleo La palabra retrato muestra de manera fútil mi paisaje personal: una serie de retratos de familiares cercanos, los únicos presentes, perturbados en la mayoría de los casos por grafismos en sus rostros. En la lectura interrumpida de dichos semblantes, estos aparecen como remplazando a los ausentes.

En todo el proyecto, la pintura y la fotografía son usadas como testimonio de las certezas que en algún momento estas nos ofrecieron, fungiendo como una extensión misma de la realidad. Su presencia sirve para estimular un tránsito en la memoria y apreciar el modo en que fijamos la mirada en ellas. Las fotografías con sus personajes anulados son un espectáculo sin protagonista, donde la gran estelaridad la tiene la ausencia de los sujetos retratados, aquí el centro se diluye y las periferias o el entorno se hacen visibles, partícipes, un cuento sin héroes o mesías donde todos los personajes están presentes en la misma escena, mirándose en silencio. Este ejercicio me hace pensar en una frase acuñada por Bertolt Brecht, el dramaturgo y poeta alemán, que usó como epígrafe para una antología poética: “Me parezco al que llevaba el ladrillo consigo para mostrar al mundo cómo era su casa.” Así yo, por medio de estos, mis ladrillos, deseo mostrar cómo es mi hogar.

Hecdwin Carreño / 2023

La exposición El hermoso ausente de Hedcwin Carreño podrá visitarse hasta el domingo 16 de julio de 2023 en el galpón 6 de la galería ABRA, ubicada en el Centro de Arte Los Galpones, avenida Ávila con 8va transversal, Los Chorros, Caracas. La galería está abierta al público de martes a sábado desde las 10:00 a.m. hasta las 6:00 p.m., y los domingos desde las 11:00 a.m. hasta las 4:00 p.m.

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